el Regreso después del caos
- Aura Andrea Reyna Macías
- May 10, 2021
- 4 min read
Updated: May 10, 2021
Aura Reyna
Sonia ingresa al hospital, se ha blindado con un cubrebocas, una careta y su uniforme clínico, en la entrada comienza a escuchar el característico interfon del hospital:
-“Doctor Hernández, preséntese al área de urgencias, doctor, se le solicita en el área de urgencias”
Pronto se encuentra con la jefa de urgencias y escucha atemorizada las palabras que no la dejaron dormir la noche anterior “ya te tengo tu rol, te vas a venir conmigo”, eso significa área de choque, millones de pensamientos comienzan agolparse en su cabeza, los calma con una sola frase “okay, ya he manejado esto antes”. Conforme caminan al área de urgencias, se da cuenta que todo el hospital está cambiado. Desubicada comienza a buscar con urgencia los carritos en donde están los medicamentos, camillas, escritorios y otras áreas del hospital. Los pensamientos, de nuevo alborotados, siguen y siguen:
-“Acuérdate que los picos de la artritis se disparan bajo estrés, relájate”
Conforme avanza, se encuentra con un diminuto espacio en el que se encuentran todos los pacientes, “esto no está nada bien” "no quería regresar así ". Con la ayuda de la supervisora logra que no la pongan en área de choque, sino en área de observación, un área un poco más espaciosa y ventilada, le asignan un paciente y comienza a llenar su hoja de enfermería. Conforme anota metódicamente todos los datos, algunos de sus compañeros la saludan efusivamente:
-¡Qué milagro!, ¿Cómo te fue?, ¡Qué gusto que ya estés de vuelta!
Sonia lava sus manos metódicamente, enjabona sus manos y muñecas, frota en círculos palma contra palma, dorsos, entrelaza los dedos, seca y se pone guantes para canalizar, prepara los medicamentos, canaliza y se vuelve a lavar las manos: enjabonar, frotar enjuagar, secar, enjabonar, frotar, enjuagar, secar. Las veces que sean necesarias. Comienza a ver a su alrededor, se percata que muchas de sus compañeras enfermeras secretean mientras la ven:
-“No me parece justo que se haya ido tanto tiempo”, “Me cae muy mal”, "No se vale".
Nombre, edad, número de seguridad social, tipo de sangre, médico que lo atendió, patología de ingreso, lista de medicamentos, Sonia repasa por milésima vez el procedimiento que no había hecho desde hace un año. Voltea la hoja y comienza a hacer un diagnóstico de pies a cabeza: “Hombre de tercera edad, úlcera en el tobillo…”
Muchos de sus compañeros la evitan por completo, no la ven a los ojos. Comienza a observar lo laxas que son las medidas de protección de sus colegas, un efecto secundario de la seguridad que les proporcionó haber sido vacunados, trata de alejarse lo más posible y reduce su espacio seguro a las medidas que ella pueda tener, no hay certeza. La voz de su jefa le perfora la nuca, “en cuanto te vacunen te vas para el área Covid”.
“Todo está reducido, amontonado, 10 metros cuadrados para 20 personas, ver a mis compañeros con protección simple e incluso sin protección me genera mucha ansiedad. Se dirigen a mí con mucha seriedad, me dan la espalda, no me ayudan y me dejan cuatro, cinco, seis pacientes y de los más laboriosos” comenta Sonia con un tono de voz desganado. Ayuda a algunas enfermeras de primer ingreso, les da algunos consejos respecto al ambiente laboral, más para ella que para las nuevas, repite en voz alta: “concéntrate en lo que tienes que hacer, tranquila, solo estate atenta en lo que tienes que hacer”.
Sonia de 41 años, es una enfermera del Hospital General Regional N° 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social ubicado en Chalco, uno de los 125 municipios que divide al Estado de México. Con una población de 217,972 personas, se han presentado 6,249 casos de Covid-19 y 1,040 defunciones causados por el mismo.
De acuerdo con datos de La Jornada, para el 6 de abril del año pasado, los hospitales del Estado de México y Ciudad de México reportaron una baja del 30% del personal médico que formaban parte de la población de riesgo, que, amparados bajo el acuerdo publicado el 24 de marzo en el Diario Oficial de la Federación, debían “evitar la asistencia a centros de trabajo”. Sonia, con un diagnóstico de artritis reumatoide desde 2018 y un sistema inmune debilitado por tomar medicamentos que traten su padecimiento, dejó de laborar desde el pasado 3 de abril de 2020. Ahora que el semáforo epidemiológico se pinta de colores más fríos, es momento de que regrese a su trabajo a enfrentar una sarta de regularidades internas.
20 elementos del personal médico del hospital en el que trabaja Sonia, no han sido vacunadas. A pesar de haber hablado con el sindicato, no hay fecha para que les aplique la vacuna, “se rumora que hay suficientes vacunas pero la administración no quiere soltarlas, yo creo que están esperando que nos vacunen pero por censo poblacional” comenta Sonia. En este contexto, la razón por la cual se tuvieron que resguardar en sus hogares, es la misma por la que se encuentran en un estado permanente de alerta.
La mezcla entre el constante movimiento de la zona de urgencias, la facilidad de contagio por ser una zona siempre ocupada, el resentimiento del personal médico y su displicencia en cuanto a protección, la incertidumbre en cuanto a su vacunación, pero sobre todo, la responsabilidad tanto de su propia salud, como la de su familia y los demás pacientes, hacen que la única esperanza de permanecer inmunes recaiga en el cuidado y la experiencia del personal médico vulnerable.
“Volver a reinsertarse es complicado, me da mucho miedo, hay mucha incertidumbre, saber que no tienes la vacuna, que el hospital no te provee de equipo de protección, agrégale el ambiente laboral, que de por sí era muy pesado antes de la pandemia, se volvió aún más complicado. Creen que somos personas protegidas o que tenemos algún tipo de palanca, querían que estuviéramos al frente de la pandemia con ellos pero mi enfermedad me lo impide, y yo no pedí estar enferma”
Tan solo en enero de este año, el Hospital General de Zona 71 Chalco del IMSS, junto con 50 más del Estado de México y Ciudad de México, registraron un 100 por ciento de ocupación en camas de atención general, llevándose la vida de por lo menos 10 médicos, como relata Sonia. Es por ello que comprende la tensión y el rencor que puede generar su presencia, pero sobre todo, comprende por lo que tuvieron que pasar.
El miedo que les generó la novedad del Covid-19 es el misma que vive ella día con día, semana tras semana.
Excelente trabajo de reconstrucción de las escenas, muy buen uso de las citas, ya que son testimonios contundentes que encapsulan la problemática del texto.
Sin embargo, creo que dejaste pasar el elemento más fuerte de la crónica, la última frase : "El miedo que les generó la novedad del Covid-19 es el misma que vive ella día con día, semana tras semana", es un gran punto de partida y quizás el corazón del texto resumido.
Pudiste haber explotado más ese recurso.
CALIFICACIÓN: 9.5