Hasta la raíz: Adiós palmeras de la CDMX

Al menos 10% de las palmeras en la alcaldía Miguel Hidalgo han sido eliminadas para evitar la propagación de la falsa chicharra, insecto que atenta con extenderse a las 15 alcaldías restantes en la Ciudad de México y así terminar con toda una población de palmeras de más de 70 años de antigüedad.

La palmera phoenix canariensis es originaria de las Islas Canarias, arribó a México en el sexenio del expresidente Miguel Alemán Valdés entre 1946 y 1952. Hoy está a apunto de decir adiós a la Ciudad de México por su gradual y casi inevitable destrucción.

La modernización de Alemán trajo al Distrito Federal, ahora CDMX, cientos de palmeras que fueron colocadas en zonas como Lomas de Chapultepec ,colonia residencial que resguarda a las contadas familias privilegiadas de la cosmopolita. Pero lo que comenzó con un viaje a Los Ángeles, California, y continuó en su replicación en avenidas de la capital, está atentado a desaparecer en cuestión de semanas.

En el oeste de la metrópoli , personas que caminan por la calles lucen sorprendidas, observar cómo de una altura de más de 20 metros caen cortezas de palmeras es visualmente contaminante. Despedirse de vegetación que adornó por largo tiempo a la avenida, es nostálgico y preocupante, de ahí la aparición de especulaciones al respecto.

Una de las que deja pensando es la de Josefa, barrendera de la Ciudad: “Seguro lo que están intentado hacer es deshacerse de las palmeras porque no hallan cómo meter nuevas especies, sacar dinero, construir nueva infraestructura, en fin, hacer negocio”.

La falsa chicharra no es nueva en México, en los años ochenta terminó con un millón de palmeras cocotero en los estados de Yucatán y Campeche. A inicios del 2021 arrasó con 400 mil en Coahuila, y ahora amaneza con la misma intensidad al centro del país.

Su corteza le caracteriza por ser una de las especies que mayor cantidad de agua puede almacenar para su autoconsumo en periodos de sequía. Aún así las palmeras, hogar de ardillas o aves como murciélagos y búhos, después de ser taladas se rocían de líquidos que neutralizan a la chicharra y son puestas en camiones para ser retiradas y no volver a adornar el día, ni cuidar de noche a otras especies.

Al oriente de la ciudad, sobre la avenida Fray Servando en Venustiano Carranza, se encuentran algunas de las palmeras con mayor altura de todas las alcaldías. Imponentes y verdes aún, armonizan la vialidad. Una delimitación territorial las separa del poniente, el corazón de la capital, 15 kilómetros de distancia. Un pequeño insecto no podría viajar hasta acá, pero los pájaros, inconscientemente, ayudaran a la falsa chicharra a propagarse sin discriminar distancia.

Es predecible, decir adiós también será complicado, pero el problema de la falsa chicharra aún podría tener una solución y se tiene que arrancar desde la raíz.

Por: Adán Vieyra