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El terror dentro y fuera de la pantalla

  • Writer: Pamela González
    Pamela González
  • Apr 30, 2021
  • 3 min read

Anteriormente, ir al cine con algún familiar o amigo era un plan totalmente normal y divertido. Sin embargo, al llegar la pandemia por el Covid-19, este plan se ha convertido en un escenario lleno de medidas que se deben de tomar para permanecer con vida. De ser un plan divertido y relajante, ahora el estrés se ve reflejado en el rostro de los empleados del cine y el temor se apodera de los usuarios.


Comenzó el mes de marzo y miles de familias estaban ansiosas por regresar a su lugar favorito, el cine. Sin embargo, para la familia González Vera representaba otra oportunidad para volver a caer en manos del Covid- 19, así que, decidieron esperar unas cuantas semanas o meses para evitar lo ya antes sucedido.


Llegó el tan esperado día en donde las hijas de la familia, Paulina y Pamela, irían a Cinépolis Portal Churubusco a ver una película de terror, “Ruega por nosotros”. El sábado 24 de abril, llegaron con una hora de anticipación como anteriormente lo hacían, para poder comprar comida, bebida y por supuesto, los boletos. Una vez en el cine, se percataron de que ya no había boletos, aunque aún faltaba una hora para el comienzo de la película.


“Fue muy extraño, daba la impresión de que nunca hubieran cerrado el cine. Había muchísima gente, con cubrebocas claro, pero aún así no conservaban la sana distancia para nada. También me asombró mucho el hecho de no encontrar boletos, se que las salas solo están disponibles un 30% de su capacidad, pero no pensé que en verdad la gente saliera de sus casas si es que no lo necesitaban.”, dijo la hermana mayor, Paulina.


Ese mismo día, las hermanas decidieron comprar los boletos para regresar al siguiente día. Se acercaron a la fila y se pararon en su respectiva “x”, aunque todas las personas en la fila se encontraban a menos de un centímetro de la persona de enfrente. Mientras el vendedor de boletos limpiaba el mostrador con nerviosismo y desesperación, Paulina se acercó a pedir los boletos y el temeroso joven dio dos pasos para atrás y desde ahí realizó la venta.


Llegó el domingo y las hermanas solo se tuvieron que preocupar por llegar 30 minutos antes para comprar palomitas. Llegaron y a diferencia del día pasado, esta vez sí se encontraba alguien en la puerta para tomar la temperatura y poner gel a los clientes. Mientras el encargado solo tomaba la temperatura sin siquiera ver el termómetro, solamente Pamela se formó para evitar aglomeraciones.


Posteriormente, Paulina y Pamela caminaron a la sala y sin control alguno por parte del cine para guardar la sana distancia, pudieron acceder. Se dispusieron a buscar su asiento entre tantos que se encontraban envueltos en plástico y con la palabra “cuidado”. Se sentaron y se percataron que mínimo dentro de las salas sí se tenía prevista la distancia entre cada dos clientes.


Comenzaron los cortos y las jóvenes esperaban ver trailers de películas, algunos comerciales del momento, promociones, etc. Pero solo se encontraron con anuncios de concientización para usar el cubre bocas dentro y fuera de la sala, recordatorios de que no se debe hablar durante la película, pero ahora ya no era para disfrutarla, sino para evitar contagios, medidas de higiene que toma el cine y por último, dos o tres trailers de películas futuras.


Empezó la película y todos los comensales, con un poco de desconfianza, se despojaron del cubre bocas. Las hermanas imitaron esa acción y se voltearon a ver la una a la otra, realmente se sentía extraño estar entre tanta gente sin su “protección” durante el último año. Minutos después, aunque ya muy pocos consumían alimentos, nadie en la sala portaba su cubre bocas y los empleados se encontraban muy ocupados como para supervisar el uso adecuado de las medidas de sanidad.


Entre varios saltos de sorpresa por las escenas de la película, Paulina y Pamela se dieron cuenta que ahora el terror se encontraba fuera de la pantalla. El miedo yacía dentro de las personas cuando alguien más estornudaba por simple alergia al polvo o cuando la persona formada detrás de ellos estaba lo suficientemente cerca para contagiarse y definitivamente, cuando no pueden disfrutar de una película de terror porque el estrés empieza desde que salen de sus casas.

 
 
 

1 Comment


Orlando Delgadillo
Orlando Delgadillo
May 04, 2021

Pamela,


Una entrada cumplidora pero muy chata. ¿Qué tal si hubieras descrito la escena de las medidas, de la gente con tapabocas, los lugares separados? Como una analogía, justamente, con la película de terror, una película de zombies o apocalíptica.


"Comenzó el mes de marzo y miles de familias " ¿QUÉ COMENZÓ?


" se (SÉ) que las salas solo están disponibles un 30% de su capacidad"


"Llegaron y (,) a diferencia del día pasado, esta vez sí se encontraba (alguien - ¿UN JOVEN O UNA JOVEN?) en la puerta para tomar la temperatura y poner gel a los clientes.


DALE FLUIDEZ A LA NARRATIVA:

" El bombardeo de mensaje continuó, esta vez sobre las medidas de higiene en el cine…


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