Una luz encendida
- Oscar Daniel Martínez Resendiz
- Apr 20, 2021
- 2 min read
Óscar Martínez

16/ 04/ 21
Es de noche, los coches son los únicos que pasan, sus luces alumbran un lugar desolado y abandonado. Dos personas cruzan por un puente para llegar a aquel lugar sin gente, sin luces en las casas como antes, marchito. Al cruzar, un camión de carga hace temblar al puente, las dos personas se asustan, pero sólo fue un camión. Nada comparado como lo que sucedió hace un año.
Hoy a medio día este lugar, el Multifamiliar Tlalpan, fue un lugar con ruido, con gente, con vecinos afectados tras el temblor del 19 de septiembre de 2017. Se cumple un año de aquel sismo que dejó, en estas unidades habitacionales ubicadas al sur de la Ciudad de México en la Calzada de Tlalpan, a 500 familias sin hogar. Así como el derrumbe del edificio 1C que ocasionó la muerte de nueve personas, 18 rescatadas y 40 familias perdieron su patrimonio. Mientras los nueve edificios restantes sufrieron daños estructurales leves o graves.
Los vecinos reunidos conmemoraron el día con una misa en honor a los fallecidos y recordaron sus nombres por medio de un micrófono: “María del Carmen Cerón, Viridiana Lucero García Guzmán, Julián Andrés Astudillo Flores, Jimena Lora Flores, Angélica Susana Ruiz Cobarrubias, Joshua Brandon Almanza Ruiz, Carla Sabrina Almanza Ruiz, Fátima del Rosario Basurto, Miguel Ángel Hinojosa Cruz y la gatita Matilda”, mencionó una vecina del Multifamiliar mientras las personas respondían con un vigoroso: “¡Presente!”
Las personas afectadas se colocaron en la avenida, interrumpiendo la vialidad y detrás del edifico 1C formaron una cadena humana. Antes de las 13:14 de la tarde, hora en que sucedió la tragedia del temblor el año pasado, una persona hablaba en el altavoz: “Perdimos bienes, vida y confianza en las autoridades”, mencionó. Y a la hora exacta del sismo, 13:14, se guardó un minuto de silencio, algunas personas soltaron lágrimas y miraban el cielo, fue un minuto de silencio tétrico.
Dos minutos después, a las 13:16, se escuchó la alarma sísmica y ante esto la persona que usaba el altavoz mencionó con vigor: “Este simulacro no nos representa, no queremos homenajes, queremos reconstrucción, queremos volver a nuestra casa”. Las personas protestaban ante la deficiencia las autoridades mexicanas y hacían un llamado para brindarles un apoyo digno, a un año del 19-S.
Entre las personas, con el puño en alto, una bandera de México hondeaba como señal de fuerza y unión entre ellos mismos que los hizo gritar contra el Estado mexicano: “¡Damnificados!, ¡Unidos!, ¡Serán reconstruidos”, “¡Damnificados!, ¡Unidos!, ¡Serán reconstruidos”! Mientras arriba el ruido del helicóptero los rodeaba y los medios de comunicación estaban sobre ellos.
Al oscurecer, las dos personas llegaron al edificio 1C y se encontraron con un lugar con maderas colocadas alrededor y sobre éstas estaba adornado con flores y con fotografías de las personas fallecidas. Una sensación extraña los invadió, era un sentimiento vacío, una huella de la muerte frente a ellos. Luces que en algún momento estuvieron encendidas y le dieron vida a un edificio de seis pisos ya no existe hoy. En su lugar, las luces de las velas encendidas luchan por no apagarse contra el viento que les sopla.
Gran reconstrucción de los hechos, pero trata de hacer que la narrativa tenga un ritmo más fluido, ya que los recursos usados la entorpecen.
Los saltos en la narración no son claros y los personajes se pierden en las descripciones.
Para corregir solo marca más el hilo conductor y las escenas que quieres plasmar.
CALIFICACIÓN: 9