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Una cortada no detiene la vida

  • Writer: Brenda Valeria Vargas Lecona
    Brenda Valeria Vargas Lecona
  • May 7, 2021
  • 3 min read

Julio Martínez se encontraba en medio de lo que sería el segundo asalto a su carnicería "Santy” en octubre de 2019, dos años después de su inauguración se encontraba atrapado en el baño de su propio local, mientras los hombres armados desaparecían sin dejar un solo rastro.


Carnicería "Santy"

La gente se junta y en momentos desaparece, así fue el 17 de octubre alrededor de las cuatro de la tarde. “El güero” como muchos lo conocen, se encontraba detrás del mostrador cuando de la nada dos hombres de baja estatura y tez media, entraron apresurados al local con pistola en mano. Todo lo que salía de sus bocas eran groserías. “Así como hablan los rateros” –¡A ver hijo de toda tu chingada madre!


De inmediato agarraron a Julio, sin la oportunidad de defenderse. Mientras uno le hacía “báscula” el otro le preguntaba dónde tenía guardada la “feria”. Con su propia playera le cubrieron la cabeza. “Se escuchó cómo cortaron cartucho, no podía hacer nada”. Se llevaron 25 mil pesos y las llaves de su auto que se encontraba estacionado afuera, para que no pudiera seguirlos.



Todos los días a las cuatro de la mañana, Julio realiza las compras necesarias para llevar producto fresco a los vecinos del Barrio Tejedores, en Chimalhuacán Estado México. Los clientes llenan la banqueta en espera de su turno y sólo algunos logran sentarse en la banquita pensada para ellos.


Con música ranchera de fondo y el delantal puesto, Julio atiende a sus fieles clientes. Entre cortes se toma algunos segundos para afilar el cuchillo y hacer sonreír a la gente con uno que otro chiste.



Encerrado en el baño, lleno de impotencia sabía que los cuchillos serían su mejor defensa, pero lo más probable era que otros rateros regresaran a buscarlo y sería una locura, así que logró controlarse. Sólo le quedaba agradecer estar vivo y que sus hijos no lo hubieran acompañado ese día.


Algunas señoras que compraban pollo en el negocio de enfrente, se limitaron a ver cuando a Julio le quitaban lo que con tanto esfuerzo había logrado, entre el miedo y la confusión nadie pudo asegurar ni cómo ni a dónde se fueron los ladrones.


Cuando los dos hombres terminaron por desaparecer, el muchacho que vende el pollo decidió adentrarse en la carnicería para abrir la puerta al fondo del local, misma que los ladrones atrancaron. Minutos después con Julio fuera del baño, una patrulla pasó por la calle, pero pensó que de nada serviría. “Es mejor defenderse por mano propia, los policías y los rateros son lo mismo”.


Al día siguiente la carnicería abrió con normalidad, el temor no existía, Julio sin pensarlo continuó con su trabajo. “Es como cuando me corto, ya pasó, tienes que seguir chambeando, la vida no se detiene”, comenta tras sangrar al cortarse accidentalmente.


El celular colocado en el soporte de cuchillos suena constantemente, los clientes de la zona llaman para pedir servicio a domicilio. La gente va y viene. “¡Buenas tardes güero!”, gritan quienes pasan frente a la carnicería de la esquina.


Levantarse le ha costado trabajo. “Tienes que demostrar que no te dolió, que vas a seguir de pie”. Su base de trabajo es difícil de recuperar, pues el dinero pensado para invertir en el producto se fue en las manos de aquellos dos hombres que dejaron sus rostros guardados en la memoria de Julio, pues ninguno se preocupó por cubrirse.


Los locales vecinos en la avenida Pantli, también han sufrido asaltos y amenazas, pero su confianza ya no la dan a cualquiera. “Policías y rateros se ponen de acuerdo, les dan su mochada y se van”, aseguran las múltiples víctimas.


Por alguna razón la carnicería se volvió un lugar común para robar dos veces más, ya sea dinero o mercancía. “En el oficio hay mucha envidia”. En la mente de Julio vive la posibilidad de que las carnicerías a su alrededor tengan algo que ver, pero eso jamás será un motivo para cerrar. “No importa que me hayan estado a punto de dispararme, yo soy la cabeza de mi familia y voy a seguir trabajando”.


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1 Comment


bernardo uribe
bernardo uribe
May 14, 2021

Tenías una gran historia, pero la recreación de los hechos se quedó corta, quizás por el uso de mas escenas o por la redacción que es en momentos confusa.


Trata de ordenar bien las ideas y las escenas, explota más al entrevistado, creo que el problema es que no le prestas atención a los elementos más importantes.


En general es un buen texto, solo trata de tener más orden y claridad al momento de redactar.


CALIFICACIÓN: 8.5

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