Una comida que reúne a la familia

El mole, una comida que data de la época de las culturas prehispánicas, el cual era utilizado como ofrenda para los dioses. Este era preparado por los indígenas mezclando varios chiles con semillas de calabaza, hierba santa y jitomate, creando una salsa que denominaban mulli, la cual era acompañada con carne de guajolote, pato o armadillo.

El mole es y ha sido el platillo principal de las celebraciones, se prepara para fiestas patronales, bodas, XV años y hasta para funerales. Mole verde, mole rojo, mole poblano, no importa su presentación, es un platillo que ha logrado mantenerse vivo en la dieta de todos los mexicanos.

Para la familia Rodríguez Martínez se ha vuelto una tradición la preparación de esta comida, pues año con año lo preparan entre el 13 y 18 de noviembre, esto debido a que, en su pueblo natal San Diego Xocoyucan, ubicado en el estado de Tlaxcala, se celebra a San Diego de Alcalá. Esta tradición la ha adoptado la familia desde hace ya 16 años, y la hacen no solo por ser la celebración del pueblo, sino porque también así logran reunir a sus demás familiares.

Todos sus familiares esperan con emoción el mes de noviembre, no sólo por ser fechas en las que logran reunirse y pasar tiempo juntos, sino también por el hecho de por fin probar el mole que prepara esta familia, pues según sus familiares “el mole que preparan tiene un sabor único, no se puede comparar”.

Chile mulato, chile chipotle meco, almendras, cacahuate, pasas, plátano macho, galletas, chocolate y ajonjolí, estos son los ingredientes que usa la familia, y que juntos logran hacer que el platillo obtenga un olor y sabor característicos, un poco picante, pero a la vez dulce, todo en perfecta armonía para el disfrute de quienes comen.

En cuanto entras a la cocina mientras se prepara este platillo, se observa a toda la familia ayudando y, lo primero que olerás será un picante, pero no uno molesto que te haga toser, más bien un picante que te abrirá el apetito, un picante agradable con ciertos toques dulces, pero a la vez amargo, es un olor único que llega a varios metros fuera de la cocina.

Una vez servida la comida y das el primer bocado, el sabor se vuelve un deleite para el paladar, un sabor un poco picante al principio, que al final se vuelve un poco dulce. Además, el mole de esta familia es acompañado de arroz rojo, el cual combina a la perfección. Por último, lo puedes acompañar tanto con una tortilla de maíz como con tamales; es una comida completa y muy rica.

Esta rica comida ha logrado mantenerse viva con el paso de los años, y si bien ahora ya no es una ofrenda para los dioses, para la familia Rodríguez Martínez tiene casi la misma importancia, pues gracias a su platillo logran reunir a sus familiares, provocan una sonrisa en sus caras con el delicioso sabor de su mole, por lo que siempre ponen mucho esfuerzo y amor en la realización de este, todo para que siempre terminen pidiendo una porción más.