Un Caballero con Diamantina Rosa
- Pamela González
- Apr 20, 2021
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La búsqueda de José Luis Castillo no ha cesado, desde que su hija, Esmeralda Castillo Rincón, se convirtió en una de las 164 mujeres que murieron por causa de un feminicidio en el año de 2009. Específicamente, el 19 de mayo, con tan solo 14 años de edad, Esmeralda se encontraba sumergida en su inocencia mientras caminaba a la escuela y como muchas otras, ya nunca más volvió al hogar que la vio nacer.
En Ciudad Juárez, José Luis se dedicaba a pintar líneas amarillas y cruces en el municipio. Un 16 de mayo del 2009, el pintor enfermó gravemente, pero decidió no decirle nada a su esposa, ya que saldría a trabajar durante un par de días. El lunes, Esmeralda se quedó a cuidar de él, pero el martes le hizo caso a las sabías de su padre “váyase mija, no sea floja, váyase a la escuela”.
“Esa fue la última vez que la vi” dice, el ahora activista de 60 años, que no ha parado de luchar durante más de 11 años para volver a ver a su hija. Sin embargo, en la marcha feminista contra la violencia policial en Ciudad Juárez, fue cuando José Luis o “Castillo”, como lo conocen en redes sociales, conmovió a toda Latinoamérica y se hizo viral en redes sociales por tirar diamantina rosada mientras exclamaba “¡no se olviden de mi niña!”.
Cuando se enteró de la marcha que se llevaría acabo, tomó la lona con la foto de su hija o su “mandil”, como él le llama, ya que lo utiliza como tal, agarró la mano de su esposa Martha y juntos fueron a marchar en nombre de su hija. Una vez que llegaron a la marcha, ambos se percataron de que se trataba de una manifestación separatista, por lo cual decidieron quedarse en una esquina y posteriormente aventar diamantina rosa conforme la manifestación pasara.
“Tenemos que respetar las decisiones de las mujeres, porque no podemos estar diciendo que defendemos los derechos de las mujeres y luego irrumpir en una marcha que ellas organizaron. Si ellas nos invitan ahí estamos con todo respeto hacia ellas, pero si no, igual nosotros vamos a seguir en la búsqueda y exigencia para Esmeralda y para todas las mujeres que siguen siendo violentadas y acusadas sexualmente en nuestra ciudad y toda la república”, argumentó.
Mientras José Luis lanzaba el polvo brillante y rosa en nombre a su hija, varios colectivos feministas se percataron de que había que encontrarles un lugar dentro de la marcha y así fue, no nada más les dieron un lugar, sino tanto como a él y a su esposa los pusieron al frente de todos los colectivos.
Una vez que llegaron al Centro de la Justicia para las Mujeres, les otorgaron un micrófono para que pudieran exponer el por qué acudieron a esa marcha en específico y la razón por la cual han luchado contra la violencia hacia la mujer durante tantos años.
Años antes de que José Luis fuera reconocido por su valentía y perseverancia, la Familia Castillo Rincón solo ha conseguido información falsa que les ha hecho ver a esta lucha como algo interminable. En el 2011, una persona declaró ante la Fiscalía que Esmeralda había sido trasladada a la CDMX, a un lugar que se hace llamar “La Merced”, mejor conocido por su abundante prostitución.
La familia pidió ayuda a las autoridades de Chihuahua para poder realizar el viaje y desafortunadamente, se la negaron. José Luis y su esposa se dedicaron a vender hamburguesas para poder financiar el viaje a CDMX y buscar por su propia cuenta. Sin embargo, tuvieron que regresar a su hogar como se fueron, con las manos vacías.
Dentro de una lluvia de malos tragos, José Luis y su hijo fueron inculpados por el supuesto delito de asalto a mano armada, aunque fueron detenidos sin orden de aprensión y vinculados a proceso. Después de siete largos meses demostraron su inocencia y los liberaron.
A pesar de las situaciones tan amargas por las que estaban pasando, la búsqueda nunca paró para José Luis y su familia. En el 2013, en el arroyo del Navajo se localizaron restos humanos. Después de casi dos años, se le notificó a José Luis que se encontró un fragmento de tobillo que supuestamente pertenecía a su hija. Para la familia Castillo Rincón esto no marcó un final y actualmente, esperan un segundo análisis de ADN.
“Tengo esperanza y tengo fe en Dios de que la vamos a encontrar. La Fiscalía nos entregó el resto de un tobillo que supuestamente es de Esmeralda pero a mí eso sólo me hace pensar que mi hija puede estar sin una pierna pero no muerta”, afirmó.
Actualmente, Don José Luis sigue con la frente en alto mientras busca a su hija, aunque dicha lucha tenga que seguir únicamente por parte de él y su familia. Incluso reconoce que sus avances son nulos, pero él no dejará de luchar por su hija y por las demás mujeres.




Tiene un excelente tema y se nota la investigación documental, pero la redacción y los errores de sintaxis, entorpecen el ritmo de la lectura.
Nada más es cuestión de prestar más atención a tus textos antes de publicarlos y de tener el enfoque periodístico más claro.
CALIFICACIÓN: 9