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La normalidad que se resiste a llegar a los bares con disfraz de restaurante

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  • May 9, 2021
  • 4 min read

Updated: May 11, 2021

Por: Carlos Martínez Hernández


Mientras 5 mil de los 10 mil bares, discotecas y salones de baile en el Estado de México han suspendido sus actividades por más de un año debido a la pandemia de COVID-19, mientras 30 mil empleos no volverán a recuperarse y mientras el semáforo epidemiológico esté en color amarillo, los restaurantes serán la única llave para que los bares y demás negocios del sector puedan abrir sus puertas que se cierran cada día más.


Fotografía vía Facebook/lavíudanegratecamac


En este contexto, nació en marzo de este año, un snack bar llamado “La Viuda Negra” en el centro de Tecámac, Estado de México. Lizbeth Sánchez con 20 años de edad y dueña del lugar ve con buenos ojos el futuro y dice “Es una realidad que abrí en una época difícil, pero la comida y el alcohol son muy redituables, me he ido en tablas, pero no he perdido inversión, el dinero está en movimiento todo el tiempo, y solo es aguantar un poco más, ser constantes e ir con toda la ley”.


Fue precisamente en el mes marzo con el programa “ReABRE” cuando los bares y antros de la Ciudad de México y del Estado de México pudieron reactivar sus actividades, pero bajo el giro de restaurantes. Sin embargo, esta medida no ha sido la solución ya que el sector restaurantero también se encuentra en crisis. Según Patricio González Suárez, presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes en el Estado de México, de los 76,000 negocios dedicados a la venta de alimentos y bebidas en el Estado, han cerrado aproximadamente 10,000 y de los 360,000 empleos directos que generaba el sector antes de la pandemia, se han perdido 60,000, cifras que dejan ver el panorama en el que se encuentra esta industria en el 2021.


Un mes después de su apertura, es un sábado por la noche en La Viuda Negra, en la entrada te recibe una mesera y gel antibacterial, en el establecimiento hay 8 mesas de madera perfectamente separadas para cuatro personas cada una, son 2 las que aún están vacías. El espacio que ocupa es cómodo y limpio, hay buena ventilación, pequeñas bombillas de luz amarilla colgando que adornan el lugar y dos murales que rodean las paredes para crear un ambiente cálido.


Las mesas que si están ocupadas tienen en el centro tarros de cerveza, mojitos, papas a la francesa y celulares que quieran llevarse el protagonismo porque después de un año donde la pandemia prohibió a las personas reunirse en lugares públicos con amigos o familia, el celular con el Facebook e Instagram abierto no se puede olvidar.


De fondo, con ayuda de un par de bocinas y con el volumen a tope, suenan en 2021 las canciones que se estrenaron en 2019 - 2020 y que no pudieron ser escuchadas en bares, fiestas o conciertos. Por ello, los que están este sábado en la noche tienen mucho para cantar y así lo hacen, “Ya me hacía falta, pero ojalá nadie se enferme hoy” dice Leonardo después de terminar su primer trago de la noche.


Cuando termina la canción de moda y el volumen de los cantos y la euforia bajan, se pueden escuchar las pláticas en casa mesa, parece que será una noche tranquila y segura hasta que alguien tose accidentalmente y atrae las miradas de los alrededores como si se tratara de un pecado, después de eso continúan las pláticas y algunas risas, pero el ambiente no es el mismo, hay una guerra de miradas para asegurarse que todo está en orden. Parece ser que todavía falta un ingrediente extra para que la convivencia sea mejor y es que se acabe la pandemia.


En el lugar, los meseros son los encargados de poner el orden y ofrecer los diferentes snacks que se preparan al momento, ya que desde el 26 de abril cuando el semáforo epidemiológico se pintó de amarillo en el Estado de México, algunas condiciones para abrir los bares en forma de restaurantes son; vender alimentos y no solamente bebidas, tener 50% de aforo máximo en un horario de lunes a domingo hasta las 12 de la noche, se debe respetar la sana distancia entre las mesas y no habrá acceso a las pistas de baile ni música en vivo hasta que las condiciones lo permitan.


A demás de seguir estas normas, Lizbeth tuvo que tramitar diferentes permisos como el DUF (Dictamen Único de Factibilidad) estatal y municipal junto con la licencia para vender alcohol. Aún con los permisos en mano, elementos de la Dirección General de Desarrollo Económico verifican que los establecimientos cumplan las normas de sanidad para sorpresa de trabajadores y comensales, “No nos multaron porque comprobamos todo, pero es muy incómodo para los clientes, no llegan de buena manera, sino que llegan grabándote con un montón de papeleo, roban mucho tiempo y la noche con las ventas se puede terminar ahí” dice Lizbeth.


Pese al COVID-19 que aún asecha por Tecámac y que ha cobrado la vida de 642 personas según la Secretaría de Salud del Estado de México, los empleados se sienten seguros y evitan usar la mascarilla, según la dueña “No hay miedo, estamos bien y vamos a seguir trabajando mientras podamos”, esa confianza la necesitan algunos comensales que conforme avanzan las horas unos se van y otros no dejan de llenar sus vasos con sabor a cerveza e incertidumbre.


Es con todo esto como se vive el regreso a un snack bar en medio de una normalidad que se resiste a llegar a uno de los sectores más dañados económica y socialmente por la pandemia. “No es que quiera estar en mi casa o que no queramos fiestas o venir a tomar más seguido, es que ya no queremos sentirnos inseguros” dice Leonardo después de terminar su último trago de la noche y lavarse las manos en el baño.





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1件のコメント


Orlando Delgadillo
Orlando Delgadillo
2021年5月15日

Carlos,


"Mientras 5 mil de los 10 mil bares, discotecas y salones de baile (,) en el Estado de México(,) han suspendido sus actividades por más de un año debido a la pandemia de COVID-19, (AQUÍ DEJASTE LA FRASE INCONCLUSA Y COMENZASTE UNA NUEVA SIN MAYOR RAZÓN) mientras 30 mil empleos no volverán a recuperarse y mientras el semáforo epidemiológico esté en color amarillo, los restaurantes serán la única llave para que los bares y demás negocios del sector puedan abrir sus puertas que se cierran cada día más." MUY MAL EJECUTADA ESTA BAJADA. LA SINTAXIS ES EL PROBLEMA, PONES EL CENTRO DE TU PÁRRAFO HASTA EL FINAL Y SOLO CONFUNDES.


"En este contexto, (¿Y LA COMA POR QUÉ?) nació…


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