top of page

Enfermedad en media pandemia

  • May 10, 2021
  • 3 min read

La vida del doctor Bonilla ha cambiado mucho en el último año. En época de pandemia, la enfermedad le pasó una visita. Y si bien no fue el virus el que plagó su casa, sí ha podido sentir sus consecuencias. Ha visto el desabasto de medicamentos, el desborde hospitalario, la falta de recursos. Se ha percatado de las carencias, las ha vivido, y sabe que tiene suerte de, al menos, poder sostenerse.


Todo empezó cuando su esposa enfermó a finales de 2019. Lo que al principio parecía un simple problema de cadera se complicó y enredó por meses, se volvió un enigma. Médicos, enfermeras, especialistas, todos pasaron visita, pero nadie sabía qué padecía. Y mientras tanto no quedaba más que intentar cuidarla.


Miles de pesos se gastaron en cuidados. Se tuvieron que buscar medicamentos en línea, en otras ciudades, porque cerca de casa ya no había. Opiáceos como la buprenorfina, que solía ser abundante, no se hallaban. La escasez de medicamentos que el país atraviesa desde 2018 se volvía dolorosamente notoria para su familia.


Pero el desabasto fue solamente el primero de los obstáculos. Debido a los contagios, la mayoría de los servicios hospitalarios cerraron. En instituciones públicas, como el IMSS, todas las consultas programadas se cancelaron, sólo quedaron abiertas las áreas de oncología, nefrología, cardiología, y urgencias. Sin embargo, incluso en esos casos, ser atendido como paciente nuevo y sin síntomas de Covid-19 es casi imposible.


Esta situación complicaba el caso de Lucy, su esposa, quien seguía en decadencia. Internarla comenzaba a parecer necesario. Pero a media pandemia, con entre seis mil y diez mil casos diarios, con los hospitales saturados, y a sabiendas de que nadie podría ir a visitarla, la opción no era realista. No quedaba más que cuidarla en casa.


Al final, Lucy perdió la batalla. Una autopsia reveló que padecía cáncer, que había sido un grave caso de leucemia lo que había causado cada uno de sus malestares. Un diagnóstico que en otras ocasiones podría haberse dado con anticipación, se vio complicado por falta de disponibilidad en hospitales y hasta en laboratorios.


La muerte de Lucy, aunque trágica, no marca el final de la saga para el doctor Bonilla. A meses de su deceso, él mismo ha caído enfermo. Sus más de treinta años como diabético le han cobrado factura, y lleva semanas en cama. Esta vez, las cosas han cambiado un poco. Los contagios han bajado y la ocupación hospitalaria está por debajo del 25%, pero los problemas persisten.


Mientras que encontrar un hospital en el cuál internarse ya no resulta tan difícil, por lo que un obstáculo ha sido parcialmente eliminado, la dificultad para encontrar medicamentos persiste. Algunos, como la eritropoyetina, que se utiliza para casos de anemia, se pueden encontrar solamente de forma ocasional en las Farmacias Guadalajara, y usualmente se tienen que comprar en otros estados.


Debido a esto, el doctor y su familia han recurrido a una comercializadora para médicos llamada surtifarma, la cual les provee de medicamentos en grandes cantidades y ayuda a prevenir la falta de ellos cuando se agotan en las farmacias convencionales.


El doctor Bonilla está consciente de que, a pesar de que el último año ha estado lleno de dificultades, puede considerarse afortunado de tener los recursos para sostenerse, pagar tratamientos, médicos, enfermeras, y encontrar medicinas por medios que no están disponibles para la mayoría.


Su caso es un ejemplo de muchos que se pueden dar antes y durante la pandemia, y sirve para ilustrar algunas de las carencias del sistema de salud pública en México. El acceso a servicios de salud es un privilegio, y el resultado es sufrimiento, desesperación, enfermedad, y muerte.

Recent Posts

See All
Dos balazos y adiós al futuro

Yair Cardiel. Se escucha una moto acercarse, después, cinco disparos, nuevamente se escucha la motocicleta esta vez alejándose. Un grito...

 
 
 

1 Comment


Mario Becerril
Mario Becerril
May 23, 2021

Hola, Andrea, qué gusto volverte a leer y qué triste lo que relatas en tu crónica. Impecable el tema de la redacción, pero hay algunos puntos que creo que te privan del 10.


En cuanto a redacción, no escribas con voz pasiva "le han cobrado factura", usa preferentemente la activa: "le cobraron". Respecto al contenido, ¿dónde están las voces de tus protagonistas y dónde hay datos duros que refuercen lo que presentas? Creo que estos últimos dos puntos pudieron darle un plus enorme a tu texto. Calificación: 9. PD: ES URGENTE QUE FIRMES TUS NOTAS O LE PONGAS NOMBRE A TU USUARIO, NO PODEMOS SABER DE QUIÉN ES EL TEXTO POR ADIVINACIÓN.

Like

© 2021 por Report UNAM 

bottom of page