El Motion se adapta al COVID-19
- Oscar Daniel Martínez Resendiz
- May 7, 2021
- 4 min read
Óscar Martínez

07/ 04/ 2021
Foto por Óscar Martínez
Dentro del Motion Gymnastics una niña y ocho niños de entre 5 y 14 años, que portan una mascarilla, disfrutan de sus clases de parkour como si no hubiera COVID-19. Brincan, gritan, ríen mientras realizan una actividad lúdica con el uso del parkour que el profesor les puso. El reloj marca 20 minutos para las 6. Sus padres esperan afuera, portan su mascarilla, sentados miran a sus hijos y se distraen por ratos en su celular. Tienen que pasar a pagar su mensualidad uno en uno. En la entrada hay un protocolo de sanitización, donde se ayudan a desinfectarse con el rociador. Es como una nueva normalidad adaptada a la pandemia, una nueva forma de vida, otra realidad entre el COVID-19.
“Todos los papás nos tomamos muy en serio las medidas de seguridad porque nuestros hijos están adentro, entonces eso ayuda a mantener la seguridad”, menciona Paulina Martínez, madre de un niño de ocho años que viene a tomar sus clases de parkour desde hace dos meses. Asimismo, tanto el profesor de parkour, Joshua Álvarez, como todos los demás padres de familia y los niños han sabido llevar las indicaciones para evitar algún contagio. “Me parece un lugar muy seguro, en este tiempo no he sabido de ningún contagio”, confirma Paulina quien espera sentada a que terminé la clase de su hijo.
Ubicado en la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México, desde el 09 de enero del 2021 el Motion abrió sus puertas. Ya que “la decisión se tomó por cuestiones económicas, el gimnasio no es de nosotros, lo rentamos. Si no trabajamos no podemos seguir rentando el lugar. A la hora que nos dieron oportunidad, decidimos abrir”, cuenta Matías, el administrador, quien porta un short negro y una camisa en donde se lee el nombre de su organización de parkour, “Parkour Legend”.
Las medidas son permitir un aforo de no más de 10 niños dentro del gimnasio por hora, antes de la pandemia se permitía entre 20 y 25 niños dentro del gimnasio. Ahora también es obligatorio el uso de la mascarilla. Al entrar los niños se lleva a cabo el nuevo protocolo que se ha vuelto un hábito en esta nueva modalidad; gel antibacterial para que se laven sus manos, un tapete con desinfectante y son rociados para sanitizarlos. Adentro las ventanas abiertas y al entrar se quitan sus tenis para no pisar el gimnasio y los llevan a la puerta de la salida, ahí los dejan para cuando termine su clase. Una nueva rutina.
Matías renta dos gimnasios y tras la pandemia, su número de alumnos se vio reducido en un 80%. En las ganancias, tan sólo del Gimnasio Motion, por mensualidad ganaba 15 mil pesos, tras la reactivación desde hace tres meses hay un promedio de 12 mil pesos. El parkour representa la mitad de sus ganancias para vivir y la otra mitad se los da la arquitectura, ya que es arquitecto.
Sin embargo, tras el cierre de los gimnasios, se dedicó más a su oficio de arquitecto y junto con su gremio de parkour dieron clases en línea, pero notaron que “al principio los alumnos se apuntaban a las clases en línea, pero poco a poco fue cayendo su entusiasmo”, menciona Matías. Para él, el parkour además de ser un deporte es “una forma de trabajo”, dice. Le gustan sus clases y también ser el administrador de su organización de parkour, “esto lo he creado yo desde cero, empecé sin tener nada y poco a poco he logrado mantener el grupo, crecer”, expresa orgulloso Matías.
Por eso tuvo la necesidad de abrir, además de contar con el apoyo de Joshua Álvarez, profesor de parkour, quien trabaja con Matías desde antes del COVID. Ambos se tuvieron que adaptar a la nueva modalidad en donde “es más trabajo, más esfuerzo porque se está trabajando más tiempo, más horarios con menos personas. Porque no podemos pasar el aforo. Es complicado, pero tenemos que adaptarnos”, expresa Matías.
Joshua tras dejar de dar clases por la pandemia se mantuvo con unos ahorros que tenía, pero también tuvo de sustentarse de otros trabajos informales como malabarista callejero o repartidor de comida. Tras abrir el gimnasio, al principio tuvo dificultad para adaptarse a esta nueva modalidad de dar clase, ya que “es una disciplina en la cual estás ahí para ayudar y al principio no puedes estar agarrándolos tanto, pero precisamente tienes que tener el tacto para cuidarlos sin que haya probabilidad de contagio”, asegura Joshua.
Con un pants negro y una camisa color negro con el logo del equipo organiza a los niños para iniciar la clase. “Para mí, el parkour es diversión”, menciona con una sonrisa Joshua. Y da sus clases de parkour con un 50% de disciplina, ejercicio y constantes repeticiones de un movimiento y otro 50% realiza una actividad lúdica porque “no todos los alumnos vienen a aprender parkour, éste requiere de disciplina. Muchos vienen a divertirse, así que yo combino disciplina con diversión y más porque son niños”, menciona Joshua. Quien antes de llegar a dar sus clases evita salir y se queda en casa a jugar videojuegos.
La cantidad de alumnos es variable, Joshua la semana pasada tuvo sólo cuatro alumnos por clase de una hora y esta semana tuvo nueve. “A veces son tantos que ya no se puede seguir las normas para cuidarlos, pero las tratamos de seguir”, asegura Joshua.
Faltan cinco minutos para las 5 de la tarde y poder entrar al gimnasio. Los niños permanecen formados en la entrada, ansiosos, platican entre ellos o con sus padres. Sus padres los trajeron porque el parkour es un deporte que les gusta y porque “ya les hacía falta hacer una actividad”, cuenta Luis Gómez, padre de un niño de cinco años. Hoy, de las 16 alcaldías en la Ciudad de México, Coyoacán ocupan el quinto lugar con más contagios, tan sólo 37 mil 618 casos positivos de COVID-19. Y el Motion es una muestra de que la vida se ha sabido adaptar a la nueva modalidad y “si dejamos de hacer una cosa, pues, las otras cosas se van a caer”, menciona Joshua.
Óscar,
La idea de la entrada era buena, pero de repente te extendiste a narrar 3 o 4 ideas diferentes y no llegaste a ningún lugar. Muy mala discriminación de información, que solo le quitó fuerza al primer párrafo.
"Me parece un lugar muy seguro, en este tiempo no he sabido de ningún contagio” ¿Y DE CUÁNTO TIEMPO ESTÁ HABLANDO?, confirma Paulina(,) quien espera sentada a que terminé (TERMINE) la clase de su hijo.
"(Al entrar - BORRAR) TRAS EL INGRESO DE los niños se lleva a cabo el nuevo protocolo (,) que se ha vuelto un hábito en esta nueva modalidad; gel antibacterial para que se laven sus manos, un tapete con desinfectante y son rociados para sanitizarlos. Adentro…