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El atole que sólo se hace cuando vienen los muertos

  • Writer: Yair Cardiel
    Yair Cardiel
  • Apr 23, 2021
  • 3 min read

Yair Cardiel


La familia esta reunida y cuentas historias de terror. Mientras tanto, la cocina pareciera un espacio lejano a este tiempo donde en las calles los niños piden dulces. Los ingredientes ya están en la olla y Eulalia Reyes recuerda que en su pueblo lo que más abundaba cada 1 y 2 de noviembre era el atole de temblor, es por eso que en la la ofrenda dirigida a los difuntos de Eulalia hay por lo menos un platón con este atole bastante peculiar.


Conocido en varios estados de México, este platillo recibe muchos nombres: atole de muerto, atole duro, atole de leche. Pero para Eulalia Reyes y para el pueblo de Ururuta, Michoacán, se llama atole de temblor.


Este ultimo nombre ofrece más información de cómo es, ya que no es el típico que se pide en la esquina para comer un tamal en las mañanas. El atole de temblor pareciera más una gelatina, de ahí este nombre, porque al más mínimo movimiento el atole comienza a temblar.


Harina, leche, azúcar, canela y piloncillo: los ingredientes necesarios para elaborar el platillo que los nietos de Eulalia añoran cada año y que solamente pueden saborear en Dia de Muertos. Y es que la preparación no es cualquier cosa, paciencia y dedicación es lo que más se necesita para prepararlo. Un descuido y el platillo se puede arruinar de múltiples maneras: quemarse, endurecerse, quedar muy líquido, sin sabor o no tener la consistencia tan característica y parecer mas una olla llena de engrudo.


Se comienza a mezclar la harina con un poco de leche para obtener una masa viscosa y asegurarse de que no tiene grumos. Al mismo tiempo se tiene que servir mas leche en otro recipiente, ponerlo al fuego, agregar canela y el piloncillo y mover la mezcla para que este último se derrita. Una vez que se disolvió por completo el piloncillo se tiene que agregar la masa hecha con la harina y seguir mezclando los ingredientes.


Para este momento el aroma del atole comienza a inundar la casa y se mezcla con el del cempaxúchitl. A su vez en la calle el olor a pan de muerto e incienso completa la atmosfera tan característica de esta época del año.


Mientras prepara el atole, Eulalia prende la televisión para ver Macario, El escapulario, La maldición de la Llorona u otro clásico del cine de terror mexicano. Tal vez esa sea otra razón por la cual se niega a hacer el atole en otra fecha que no sea el Dia de Muertos, seria como tomar ponche navideño en verano, simplemente no se puede porque pareciera que el sabor se lo da el ambiente que impera en los primeros días de noviembre.


La leche se comienza a evaporar y la mezcla a hacerse cada vez más espesa. Conforme la leche se consume las primeras lagrimas comienzan a salir de los ojos de Eulalia, los motivos son muchos: recuerda los tiempos en que era niña y aun no sabia como prepararlo, tiempos en los que su pueblo estaba iluminado por las velas. Recuerda los últimos días de su hijo recién nacido, quien alcanzo a probar este platillo, para cinco días después morir mientras dormía.


El atole ya esta listo, se seca las lágrimas y toma dos platos, sirve el atole, camina a la ofenda y los coloca a un lado de las veladora de su hijo y su abuela. Regresa a la cocina se acerca algunos recipientes para que el atole se cuaje y que en una media hora el resto de su familia pueda acompañar el atole con un pan de muerto.

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1 Comment


Mario Becerril
Mario Becerril
Apr 27, 2021

Hola, Yair, antes que nada quiero ofrecerte una disculpa por calificar tu crónica hasta ahora, hubo una confusión de mi parte. Esta es, hasta ahora, la mejor crónica de platillos que he leído, tienes buenas escenas descriptivas, hilo conductor lógico y una historia más allá de los ingrediente del platillo.


Los únicos "peros" que encuentro son en la salida, en la cual no comparto que sea una escena impactante, pero sí muy colorida, descriptiva, nada mal. El otro pero, tu redacción, muchos de estos errores denotan que no revisaste tu texto porque se podrían corregir fácil.


9.5.


Te comparto los errores que encontré en tu crónica.

  1. "La familia esta reunida" (Falta tilde en la "a").

  2. "en la la ofrenda dirigida"…

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