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El anormal cine de la nueva normalidad

  • Writer: Yair Cardiel
    Yair Cardiel
  • Apr 27, 2021
  • 3 min read

Yair Cardiel


Es hora de entrar a la sala, el aforo permitido es del 30%, por tal motivo en una sala con 179 butacas solamente entran poco más de 50 personas. Desde la última fila se puede observar cómo al inicio los grupos se separan debido a que se tiene que guardar la sana distancia, pero unos minutos después de que inicio la función se vuelven a agrupar mientras ríen victoriosos porque “se salieron con la suya”.


Nadie hubiera pensado que después de casi dos años del estreno de Avengers Endgame, la película más taquillera de la historia, los cines podría lucir tan distintos a esos días. Cinépolis Universidad siempre ha sido un caos, es uno de los complejos más grandes de la Ciudad de México y cada fin de semana desbordaba de gente y había un caos en sus pasillos. El sábado 24 de abril del 2021 hay el mismo caos, pero muchísima menos gente.


Pareciera que es un 24 o 31 de diciembre, el mar de personas que normalmente se encontraría al subir las escaleras eléctricas cualquier tarde de fin de semana es reemplazado por una fila de 50 personas que llegan a la dulcería. Definitivamente es raro escuchar La radio en el cine con total claridad, ya no existe ese bullicio de voces, gritos y risas de cientos de personas que acudían al cine cada fin de semana para olvidarse de la rutina un rato.


En México los estrenos de anime nunca han sido tan llamativos como los del cine de superhéroes, aunque poco a poco se va ganando una mayor aceptación y audiencia, es por eso que conforme pasaban los minutos, al lobby llegan más personas que vienen a ver la película Kimetsu no Yaiba, algunas incluso vienen disfrazadas, aunque claro, con cubrebocas. Lo ideal es formarse en la fila de la dulcería para alcanzar a tener unas palomitas y refrescos para la película.


La fila avanza lento, son pocas las personas que van en grupo. En su mayoría van solos o en pareja, por esta razón se supone que debería ser más ágil la compra en la dulcería. Al llegar a al frente de la fila aparece la razón de la tardanza: solo dos empleados en la dulcería principal. Antes de ordenar dan el aviso: “debido a la situación actual no contamos con todos los productos y los insumos, una disculpa”. Ya no hay niños emocionados por tener sus palomitas, su Icee y entrar a ver la película. Las parejas ya no se besan mientras esperan su turno. Todo luce diferente.


A pesar de que se alcanza a ver el cansancio de los trabajadores en sus ojos, el único lugar en su rostro que está a la vista en el espacio que hay entre el cubrebocas y su gorra, hay gente que se queja con ellos, como si fuera su culpa ser los únicos en turno. Conforme esta más cerca el color amarillo del semáforo epidemiológico parece que la gente se olvida de la difícil situación que atraviesa el mundo entero, y la empatía y tolerancia se les acaba.


También es incómodo, y en ocasiones se siente riesgoso, el tocar algo. No se sabe si hay alguien asintomático entre las personas presentes, o si alguien infectado estuvo unas horas antes, si ya limpiaron con sanitizante o aún no. Es el riesgo que existe al querer volver a vivir la vieja normalidad. Hay gente que se baja el cubrebocas para hablar o para comer unas cuantas palomitas, las cuales se molestan ante las miradas de desaprobación de los demás. La sana distancia solo existe cuando alguien del personal del cine se lo recuerda a la gente.


Ya en la función las palomitas están frías, el hielo del refresco casi está derretido, pero era mejor comprar mucho antes del inicio de la película o llegar tarde como algunas personas que están entrando aunque la película ya lleva más de media hora. Pero esto es algo que siempre ha pasado, aun antes de la COVID-19. Al fin algo de "normalidad".


No tener gente alrededor permite tener la confianza suficiente para bajar el cubrebocas, comer palomitas y disfrutar de la película. La película absorbe la atención de las personas, nuevamente silencio, suspiros y risas colectivas. Por un momento a todos se les olvida que traen puesto un cubrebocas, se les olvida que en los hospitales aún hay gente intubada y médicos que siguen el combate de la enfermedad, por un momento se les olvida que el mundo entero está pasando por uno de los momentos más difíciles del aún joven siglo XXI.


A pesar de lo que expertos en economía pronosticaron como el fin de las salas de cine y el reinado de las plataformas digitales, el cine demuestra que a pesar de las afectaciones que ha sufrido en este último año aún tiene mucho para darnos y nos seguirá esperando para volver a la normalidad.

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1 Comment


Mario Becerril
Mario Becerril
May 04, 2021

Hola, Yair, muy buen trabajo con datos duros y descripción. Quizás faltaría por ahí "aderezar" con algunos diálogos. Ojo también con la repetición de palabras.


  1. "los cines podría lucir tan distintos" (Error de concordancia "número". Lo correcto es: 'podrían lucir').

  2. "caos, salas" (Repetición de palabras).

  3. "En México, los estrenos de anime" (Falta una coma después de "México").

  4. "Conforme esta más cerca" (Falta tilde).

  5. "La sana distancia solo existe" (Falta tilde).

  6. "tiene mucho para darnos" (¿Por qué metes la primera persona? Ibas muy bien).

  7. Ojo con el crédito de tu foto, no está.


Calificación: 9.


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