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Destello de libertad

  • Writer: Oscar Daniel Martínez Resendiz
    Oscar Daniel Martínez Resendiz
  • Apr 30, 2021
  • 4 min read

Óscar Martínez

Fotos por Óscar Martínez

30/ 04/ 2021


Volver a ese lugar fue como volver a casa para Edson Sánchez, baterista de la banda de jazz, Monos de Pólvora, después de tres meses de estar encerrado por la pandemia COVID-19. Ya que el aislamiento lo llevó a una crisis en la música y a perder el gusto por tocar la batería. Para él, estar ahí representa una manera de liberarse del encierro como cuando los esclavos negros del siglo XIX, en Estados Unidos, cantaban canciones de blues en los campos de algodón, género padre del jazz. Él fue libre de improvisar con su batería en la terraza de la Plaza Victoria.


El miércoles 26 de abril fue el cuarto concierto de jazz para Edson en la terraza Victoria, ubicada al sur de la Ciudad de México, en todo lo que va del 2021. Ya que el restaurante-bar impidió el acceso a las personas y sólo vendió comida para llevar durante los primeros tres meses. Sin embargo, con el aviso de las autoridades de permitir mayor foro presencialmente, el pasado 31 de marzo Edson pudo volver a ver a su banda y tocar como cada miércoles, desde ya hace dos años, a las 7 de la noche.


Para Edson recibir esa noticia fue como un destello de libertad, ya que la pandemia lo condenó al aislamiento. Sus conciertos se cancelaron, sus clases que impartía de batería se suspendieron porque sus alumnos ya no tenían el ingreso para pagarlas, las clases que él tomaba decidió abandonarlas y tuvo que buscar un trabajo que lo solventará, de operador telefónico durante 9 horas al día.


Todo esto afectó la rutina que tenía antes de la pandemia, tomar e impartir clases presencialmente porque para él, la música se toca con la gente, tocar encerrado y solo en casa lo deprimía. El contexto del COVID le generó incertidumbre de hacia dónde ir, proyectos truncados y con el cansancio del trabajo una apatía por tocar la batería.


Sin embargo, de entre las cosas que hacía durante el día también leía y a través del libro “Dominio sin Esfuerzo”, comprendió una cita: “A la vida hay que verla como el jazz, hay que aceptar tu presente y crear con él”. Una frase que releyó y la aterrizó a su situación actual, al contexto mundial de la pandemia COVID-19.


En donde el jazz como género musical da mucha libertad al artista a la hora de tocar, es un género de improvisación y a través de ésta, el artista expresa su propia voz de lo que ha vivido al tocar en el escenario. De este modo, Edson comprendió que hay que hacer lo mismo en la vida, es decir, improvisar y aceptarla en un contexto como la pandemia y de esta manera sacar todo ese hastío, toda esa frustración a través de la música.

Así pues, volver a la terraza fue para él tener un nuevo propósito para seguir en la batería y mejorar. Además de volver a ver a sus amigos, Lauro, el pianista y Ernesto, el bajista, estar con ellos, reír y practicar el jazz. No es un foro donde vayan a verlos especialmente a ellos, es un restaurante-bar donde la gente va a conversar, a comer y a beber. Aún así, Edson disfrutó del momento.


Y el pasado 26 de abril fue un día de esos para Edson. Llegó en un taxi a las 6:30 y se encontró con Lauro y Ernesto afuera de la plaza. Los tres portaron sus mascarillas para acceder al lugar. Edson con anteojos, una camisa de vestir color negra, zapatos negros y un pantalón café que combinó con el color de su mascarilla. Por un elevador subieron sus instrumentos.


Al llegar a la terraza saludaron a los empleados. El reloj marca las 6:38, fueron al lugar que se les asignó y acomodaron sus instrumentos. Edson acomodó un tapete, arriba de éste el bombo, los atriles, los platos, el banco donde se sienta y sus baquetas en sus manos. Ya que terminó él, siguieron sus amigos ya que Edson es quien ocupa más espacio.


Restan cinco minutos para las 7 de la noche, en el lugar hay sólo dos parejas en conversación. Los meseros portan sus mascarillas y van y vienen. Monos de Pólvora hace sus últimas pruebas de sonido. “Dame un LA en el piano”, dice Edson y Lauro toca una tecla. Se miraron y sabían que era hora de dar comienzo al concierto.


Fue el momento en el que apagaron la música del restaurante bar y Edson dejó de pensar y se concentró en el momento. Empezó el ritmo, primero suave para que a la poca gente no le caiga de sorpresa y después más intenso. Fueron dos sets de 45 minutos, tocaron seis canciones en el primero y siete en el segundo.


Terminaron con una melodía vertiginosa, con el auténtico sonido del jazz, Mr. P.C del histórico jazzista, Jhon Coltrane, y que después de una fuerte tormenta que azotó las cortinas de la terraza y casi les impide finalizar, concluyeron. Ante el silencio y sin nadie que les aplaudiera tras terminar la canción, un grito de apoyo se escuchó al fondo, "¡Uhhh!", era una mesera. Hubo risas entre la banda y agradecieron. Edson fue libre del encierro e improvisó otro miércoles más.



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1 comentario


Orlando Delgadillo
Orlando Delgadillo
04 may 2021

Óscar,


Buena entrada, solo cuida el cambio de los tiempos: " Para él, estar ahí representa una manera " Acá redactas en presente, pero el resto del párrafo está en pasado.


"tuvo que buscar un trabajo que lo solventará" SOLVENTARA, NO SOLVENTARÁ, A FUTURO.


"con el cansancio del trabajo, LLEGÓ una apatía por tocar la batería.


"Sin embargo, de entre las cosas que hacía durante el día también leía y a través del libro “Dominio sin Esfuerzo”, comprendió una cita: “A la vida hay que verla como el jazz, hay que aceptar tu presente y crear con él”. Una frase que releyó y la aterrizó a su situación actual, al contexto mundial de la pandemia COVID-19.


"En donde el…


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