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Buñuelos, un postre familiar con historia

  • Writer: Ximena Bravo
    Ximena Bravo
  • Apr 20, 2021
  • 2 min read

Crujientes, dulces y con un aroma particular a mantequilla, harina y azúcar, principales ingredientes de una receta que ha estado presente en la familia Bravo Rodríguez por más de 70 años, y que hasta hoy, sigue representando la unión familiar, pero también, una infancia de ardua labor para la matriarca de esta familia.

México 1945, las calles de la Ciudad de México se encuentran llenas de vendedores ambulantes fuera de iglesias por las fiestas parroquiales, las personas que deambulan por ahí suben a los juegos mecánicos, otras solo observan o compran comida, donde los buñuelos bañados con miel de piloncillo juegan un gran protagonismo. Adultos, jóvenes y niños están detrás de estos pequeños puestos, de oficios que en ese momento eran pertenecientes a la clase baja del México de los años 40s.


Cruz Rodríguez Ramírez, recuerda esa época con nostalgia, su infancia no fue común como la de muchos niños de la generación baby boomer. Desde los 5 años de edad comenzó a trabajar a un lado de su madre para dar sustento a su casa, en jornadas de hasta 8 horas diarias jamás se quejó, solo obedecía y continuaba, admite que le gustaba trabajar, pero que también le hubiera encantado tener la oportunidad como muchos de sus clientes que se encaminaba a la escuela, el acceso a la educación. En esa época el grado de analfabetismo en México era de 53.9% en una población de 19 millones 653 mil 552 mexicanos según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).


La señora Cruz, de ahora 82 años comenta que aprendió este oficio y esta receta solo observando a su madre, quien trabaja para alguien más vendiendo esta masa de harina batida y frita en aceite en lugares como la Merced, la Villa, el Zócalo y otros lugares emblemáticos de la ciudad, ganaban un promedio de 15 pesos por día, vendiendo cada buñuelo en 30 centavos, de los cuales, nunca recibió por parte de su madre el fruto de su trabajo.


Hasta hoy, no se conoce la exactitud del origen de este dulce que en otros hogares y países es acompañado con queso, arroz, pulque y leche, del que se cree que su nombre deriva de la palabra puñuelo, una especie de bola que los romanos amasaban con sus puños.


Actualmente esta receta ha tomado otro significado, este postre familiar ya no es sinónimo de trabajo, sino de tradición. Mientras otras familias los consumen en Semana Santa o Navidad, la familia Bravo Rodríguez los espera con ansias el 15 de septiembre y tal vez, algunos otros meses del año en inesperadas ocasiones. Ningún miembro de la familia ha logrado igualar el sabor de este postre típico preparado por las manos experimentadas del miembro de la familia que los ha mantenido unidos por más de medio siglo.



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1 comentario


Mario Becerril
Mario Becerril
27 abr 2021

Hola, Ximena, antes que nada una disculpa por demorar tanto con tu calificación pero hubo una confusión de mi parte. Dicho lo anterior, me agrada que cada vez tengas un pensamiento muy estructurado en tus textos, eso se nota por la forma en la que comienzas y terminas tu historia.


En términos generales me agrada que logras contar una historia a través del platillo, en este caso un ejemplo de superación y trabajo. Nada mal, aunque en algún momento me habría gustado leer un poco más con respecto al platillo tal vez en uno o dos párrafos más donde pudieras antojarnos un poco más el buñuelo. Ojo, eso es mi apreciación, pero en lo particular creo que logras cerrar bien…


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